La Revelación Del Señor De La Mies

Si los creadores de autos en los años ‘50, diseñaban sus modelos para que fueran duraderos, funcionales y efectivos, acaso ¿no cree que Dios puede hacerlo  mucho  mejor con nosotros, que somos creados a su imagen y semejanza? 

La gran pregunta: ¿Por qué a muchos no les sucede así? Hay conquistas que debieron de haber sucedido hace años atrás, pero todavía no la has visto, y no necesariamente porque “no sea el tiempo de Dios”.

La Biblia revela que cada persona tiene un libro que contiene su Destino Profético, o sea; el futuro y propósito de Dios para su vida mientras están en la tierra. El destino profético del ser humano esta conectado al diseño y la intención original de Dios para  cada persona. Pero he aprendido que aun muchas personas buenas, se encuentran bloqueados para completar su destino profético. 

¿Qué se esconde detrás de ese bloqueo? ¿Puede también un cristiano estar bloqueado en su destino profético? 

¿Que misterio hay detrás de ciclos repetitivos de pérdidas, fracasos y dolores que enfrenta tanta gente?

En este libro enseño a la luz de la Palabra de Dios, cómo aprender a desbloquear  lo que está escrito en el libro de destinos de Dios para nuestras vidas y que el enemigo  ha querido interrumpir de generación en generación.

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Descripción

Este libro llegó a tus manos, para que sepas trabajar sincronizado con el Cielo.

¡Porque el Cielo tiene una urgencia en la tierra que es apremiante! Antes de explicar más detalladamente el porqué de este libro,necesito detallarte bajo qué experiencias y bajo qué atmósfera Dios permitió que estas páginas nacieran.

Debo iniciar reconociendo que este libro está lejos de ser mío; no lo es. Es del Espíritu Santo, ya que fue escrito en diez días. He escrito otros libros en años pasados, pero nunca había escrito un libro en diez días, en toda mi vida.

Soy testigo presencial de experiencias sobrenaturales durante ciertos días donde una Presencia de Dios me envolvió; sentí toques divinos que me levantaron de madrugada a gemir por este libro. En otra oportunidad mientras redactaba, viví una experiencia de grandes gotas como de una sustancia espesa que caía sobre mi cabeza mientras escribía. Era tan real, que tuve que mirar el techo porque las gotas que caían eran tan fuertes y me golpeaban una y otra vez, como si alguna cañería en el segundo piso se hubiera roto.

Pero no era eso, sino una visitación muy especial y gloriosa del Señor. Dios me hizo ayunar sin sentir apetito alguno durante esos días. La única hambre era por más de su Presencia y una desesperación por intimar con Él, en el secreto de su gloria. Y de esa gloria nació este libro que hoy tienes en tus manos, La revelación del Señor de la mies.

Mientras escribía este libro sentía a veces que había pasado una hora redactando, y al mirar el reloj habían transcurrido catorce horas escribiendo. Fueron momentos muy especiales, pero también sobrenaturales. El Señor me mostró que así como los ángeles apresuraron a Lot a salir de Sodoma, también los ángeles me apuraron y me ayudaron para escribir este libro. No estoy exaltando ángeles, pero sí recordemos que son ministros enviados por Dios para servirnos con el fin de cumplir más efectivamente sus planes y sus propósitos aquí en la tierra. Mientras escribía por largas horas, había una sensación de urgencia que me acompañaba todo el tiempo.

¿Por qué se escribió este libro?

Porque la Eternidad tiene prisa y un apremio por su iglesia; de que ella entienda la necesidad de levantar esta cosecha final. Sí, el final está cerca, pero no el nuestro, sino el final del diablo y el inicio del avivamiento y de la cosecha más gloriosa de la historia. A veces los pastores y ministros me preguntan si estamos en el fin y si somos la última generación; a lo que respondo: por un lado sí y por el otro no, pues sinceramente, creo que no seremos eficaces y no tendremos el éxito que Dios espera, si no nos consideramos la última generación.

De hecho, los apóstoles en la Biblia, todos sentían que estaban al final y que eran la última generación. Eso les permitió trabajar con un enfoque, un compromiso y una urgencia que les permitió cambiar el mundo conocido de su época. Por eso debemos vivir cada día como si fuera el último, y a la misma vez prepararnos y planificar nuestro futuro como si el fin fuera en mil años más. Sin embargo, de una cosa sí estamos seguros; que por cada día que pasa, estamos a un día más cerca del fin.

Dios nunca deseó que hacer su obra y levantar su mies fuera algo complicado y difícil. Por tal razón, llegó este libro a tus manos; para revelar los agentes claves y los factores determinantes que harán que sea imposible fracasar en la tarea de levantar la mies en este tiempo. Cuando sabemos trabajar con la eternidad, todo fluye con naturalidad. Honrar diseños, principios y verdades divinas será algo indispensable para los obreros de esta recta final.

Información adicional

Peso 0.44 kg
Dimensiones 6 × 0.58 × 9 in